La alarmante contaminación de los ríos, lagunas y canales en la región de los Bitzales ha generado una alerta epidemiológica permanente por parte de las autoridades de salud. Esta situación se ha traducido en un aumento de enfermedades gastrointestinales y otras afecciones relacionadas con la ingesta de agua no apta para el consumo humano.
La jurisdicción sanitaria número 12, dirigida por Roberto Carlos Hernández Armenta, ha mantenido activas las brigadas de atención ante esta emergencia, dado que en el área residen aproximadamente 7 mil 500 familias, desde la comunidad de Nabor Cornelio hasta la frontera con Centla.
Denis Muñoz Potenciano, presidente de la Federación de sociedades cooperativas pesqueras, ha expresado su preocupación ante la situación. Según Muñoz, los pescadores han sido constantemente afectados por problemas dermatológicos, trastornos estomacales y fiebres, que han incrementado en los últimos seis años.
Estos problemas de salud se atribuyen a la contaminación multifactorial que aqueja a las zonas donde desempeñan su labor.
La falta de acceso a agua potable agrava la situación, ya que los pozos artesianos y profundos se contaminan con regularidad, y las instalaciones de distribución en las rancherías son escasas o inexistentes.
La situación expone a los habitantes a enfermedades mortales, dado que se ven obligados a utilizar aguas contaminadas para sus necesidades diarias, a pesar de las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias del estado.
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